lunes, 25 de enero de 2010

Decepción

Ilusionada, emocionada, animada... Duró poco tiempo ya que agarraste mi corazón y lo aplastaste y como no fue suficiente me clavaste un puñal de lado a lado, haciéndome notar el frío acero y la soledad. Los pedazos que quedaron del corazón se convirtieron en polvo y ya no queda nada.
Un cuerpo sin corazón no es nada, no hay un órgano que bombee la sangre. Ya no circula la sangre por mis venas, ya no queda nada.
En la vida una está sola y siempre va a ser así, porque ya no queda nada.

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